domingo, 5 de noviembre de 2017

Hotel Granvia de Barcelona, un hotel de cine


El hotel Granvía es un antiguo palacete rehabilitado como hotel de tres estrellas que se
encuentra en la Gran Vía de les Corts Catalanes 642, entre Paseo de Gracia y Plaça de Tetuan. Pasa bastante desapercibido pero es muy recomendable realizar una visita para disfrutar de su espectacular arquitectura y decoración que han convertido este hotel en plato de rodaje de varias películas y series. Si no os alojáis podéis visitarlo utilizando como excusa tomar una copa en su terraza.

Se trata de un palacio construido en 1870 por Jeroni Granells por encargo de Josep María Serra (fundador del Banco de Barcelona) y su mujer, la aristócrata chilena, Dorotea de Chopitea de la que iba a ser su residencia en el centro de Barcelona.


En esos años nos encontramos en plena fiebre inversora y a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, tendrá lugar el gran proyecto urbanístico, si no el más importante en Barcelona, ​​conocido con el nombre de plan Cerdà. El urbanista y arquitecto Ildefons Cerdà proyectará un nuevo barrio para la ciudad, respondiendo a una necesidad urgente de modernizar y mejorar la calidad de vida de los barceloneses. Pero fueron los grandes industriales y empresarios de la burguesía los que empezaron a invertir su capital en la construcción de nuevos edificios y palacios, que se convertirían en sus residencias y en viviendas de alquiler para la nueva clase social.


El palacete de los Serra-Chopitea se encuentra en el Quadrat d’Or que como se denominaba a la zona del Ensanche de Barcelona situada alrededor del paseo de Gràcia y delimitada por la calle Aribau a la izquierda y paseo de Sant Joan a la derecha, limitado por la Diagonal en la parte superior y la ronda de Sant Pere en la inferior.

En 1873, el matrimonio y las seis hijas se trasladarán a vivir al inmueble.


Años más tarde, el palacete se vende, y, en 1935, se inaugura el Hotel Granvía, tras una reforma integral del edificio respetando la fachada, la escalinata principal y uno de los grandes salones. 


Nada mas entrar viendo la marquesina y las fotografías del recibidor vemos que es un hotel con ciertos aires vintage o retro y que no es nada pretencioso.


Desde 1986 este hotel pertenece a la cadena hotelera de Nuñez i Navarro Hotels. Actualmente las grandes compañías hoteleras intentan dar a sus espacios una personalidad definida para que la estancia del huésped se convierta en una auténtica experiencia que recordar al dejar su habitación.
En el caso de Núñez i Navarro Hotels la personalidad de los hoteles se construye a través de la fotografía. Esa es su esencia. Da igual alojarse en el monumental Hotel 1898, como en el U232, el Granvía, el Soho o el B-Hotel. Como si de una galería se tratase, en todos se halla siempre un hilo conductor que se extiende planta por planta y otorga al edificio un estilo definido y fácilmente reconocible


Una gran y antigua puerta da paso al vestíbulo donde se encuentra la recepción del hotel. Desde fuera ya se puede intuir la gran escalinata que es uno de los elementos característicos de este hotel.


Por su espectacular arquitectura y la exquisita y elegante decoración, el Hotel Granvía ha sido escenario de numerosas películas y series de TV, tanto nacionales como extranjeras.


En este hotel urbano se han rodado películas como ‘11-11-11’ (Darren Lynn Bousman, 2011), ‘23-F: El día más difícil del Rey’ (RTVE, 2009), ‘La Silla – The Chair’ (Julio D. Wallovits, 2006) e ‘Inconscientes –Unconscious’ (Joaquín Oristrell, 2004), entre otras. En su majestuosa escalinata, en sus habitaciones, en su biblioteca… los huéspedes pueden adentrarse en los espacios que en su día fueron escenarios de destacados metrajes, disfrutando así de una estancia de cine.

Subiendo por la escalinata de doble tramo accedemos a la galería superior.


Este hotel, además también ha sido localización de reportajes fotográficos para revistas y catálogos de moda como: Sposa Bella, Woman, Hola, el Magazine del País, etc... Destacando las sesiones del prestigioso fotógrafo Outumuro que ha inmortalizado a infinidad de modelos y actrices en los salones del Hotel.


Las fotografías de la galería siguen aportando un estilo retro a este palacete del siglo XIX. Las fotografías fueron realizadas por María Espeus. La fotógrafa juega con el cromatismo de las imágenes. La ausencia de color y el atuendo de las modelos nos retrotraen hasta los años 40.


El espíritu de los antiguos moradores del palacete sigue impregnando este edificio. En la galería se encontraba la capilla que Dorotea de Chopitea mando construir. Doña Dorotea de Chopitea dedicó su vida y su fortuna a mejorar la calidad de vida de los barceloneses, construyendo hospitales, templos, asilos y escuelas; siempre asesorada por su buen amigo San Juan Bosco. A su muerte, fue declarada Venerable por el Papa Juan Pablo II. Actualmente la antigua capilla es ocupada por dos habitaciones del hotel.


En 1986, el Grupo Núñez y Navarro compra el hotel con el objetivo de renovarlo y convertirlo en un hotel moderno y de lujo, con 53 habitaciones. Se inician las obras de rehabilitación en octubre de 2012 y finalizan en mayo de 2013.


Una gran claraboya aporta luminosidad a la galería y al vestíbulo.


Junto al gran salón, actualmente el comedor, se encuentra la biblioteca.


Dividido en dos espacios. Un primer espacio con grandes sillones donde poder disfrutar de un momento de lectura en un espacio acogedor.


Un segundo espacio mas funcional donde poder trabajar con tu ordenador.


Desde la biblioteca pasamos al gran salón convertido actualmente en comedor.


En 1935 cuando se convirtió en un hotel de referencia, en estos salones se celebraban reuniones, bailes y fiestas de los socios del Real Círculo Artístico de Barcelona o del Gran Teatro del Liceo. Entre sus clientes habituales, se alojaban actores, políticos y personajes de la alta sociedad catalana, española y mundial.


El renovado Hotel Granvía esconde una joya en su interior, una amplia y acogedora terraza abierta al público en general de 13h a 22h. Ocupa el interior de una manzana del Eixample, un oasis de paz y tranquilidad, en pleno centro de Barcelona.


Ocupando unos 500 m2 esta terraza-jardín es sencilla, con un pequeño estanque-fuente en el centro, mesas con parasoles y mesas con techo, sofás rollo chill out, y un divertido artefacto con botones en las mesas que sirven para llamar al camarero, pedir la cuenta o anular un pedido.


Hay una zona solárium con duchas para refrescarse, hamacas y camas balinesas. Un espacio en el que disfrutar del Sol, del silencio y de esos pequeños placeres que, muy a menudo, olvidamos en la ciudad: la lectura, un té helado, una calmada charla, una cerveza sin prisas…


Un lugar perfecto para tomar una copa o una merienda disfrutando de la facha trasera de este histórico y cinematográfico hotel


sábado, 30 de septiembre de 2017

Casa Golferichs (Barcelona, Eixample)


La casa Golferichs es una casa modernista modernista alejada de los circuitos turísticos más conocidos. Está situada en la Gran Via de les Corts Catalanes, 491, esquina Viladomat, en la Esquerra de l'Eixample de Barcelona, en un terreno de 541m2.


Construida en 1901 por el arquitecto Joan Rubió i Bellver por encargo del rico ingeniero de caminos, comerciante de maderas nobles, coleccionista y hombre de cultura, Macari Golferichs Losada. Esta casa modernista, conocida como el Xalet,  obtuvo el primer premio del Ayuntamiento por ser el mejor edificio terminado durante 1901.


La mansión iba a ser la nueva residencia de los Golferichs, una villa modernista con suntuosos acabados en cerámicas y maderas nobles, además de un claro estilo historicista que supuso una ruptura entre las construcciones de la época en l’Eixample de Barcelona. 


En esos años Rubió i Bellver era discípulo de Antoni Gaudi colaborando en obras como la Sagrada Familia, la Casa Batlló, la Casa Calvet o el Parque Güel entre otras. De tendencia catalanista en sus obras recurrió a un destacado eclecticismo goticista, con abundante uso de ladrillo y elementos decorativos en diferentes materiales.


Por aquel entonces la Gran Vía era una calle muy ancha, que adquiere importancia con las obras para la exposición universal de 1929. La torre se coloca arrinconada sobre la medianera edificada de la Gran Vía. Se trata de una tipología curiosa, que por un lado sigue la ley de edificación continua del Eixample, pero con un toque independiente ya que el ancho de la fachada con la entrada principal mira hacia el jardín y la calle secundaria y sobre la avenida solo se muestra una fachada lateral.


Esta casa o edificio modernista ha pasado por muchos avatares hasta poder llegar a nuestros días.
En 1936. con la guerra civil, la casa fue confiscada a la familia Golferichs por los movimientos libertarios para convertirla en una universidad popular. Golferichs murió en 1938.
Después de la guerra, las monjas dominicas compraron el edificio para destinarlo como sede de un colegio religioso. En este proceso destrozaron el interior. 
A principios de los años 70, después de permanecer unos años cerrado, las religiosas lo vendieron a Josep Lluis Núñez, un constructor catalán muy amante de los chaflanes en los cuales siempre construía el mismo edificio, que tenía la intención de derribar el Xalet.


Las protestas vecinales no se hicieron esperar y durante diez años, impidieron que 'El Xalet' fuese derribado y se construyese el nuevo bloque de pisos. El ayuntamiento catalogó la casa, y Núñez al ver sus planes frustrados vendió el edificio al mismo ayuntamiento que lo restauró en los años 80 y lo abrió como centro cívico en 1989. La restauración se realizó a cargo de los arquitectos Pere Joan Revetllat y Carme Ribes.
Desde entonces esta casa es uno de los centros cívicos más importantes de la ciudad y el más activo de la Esquerra de l'Eixample donde se ofrecen multitud de cursos, espectáculos, conferencias, exposiciones que cumplen con las expectativas e inquietudes artísticas de todo el distrito y de fuera de él.


El edificio principal presenta una interesante combinación de volúmenes y materiales (mampostería, ladrillo visto y cerámica) y uso de elementos neomedievales. 


Las aberturas son neogóticas con un pequeño tímpano cerámico en las ventanas principales. 


La tribuna sobre la puerta de acceso presenta ricas combinaciones de cerámica multicolor y ladrillo vidriado que complementan el alero trabajado sobre el que descansa. 


Subiendo unos pocos escalones, en la puerta principal, se accede a un distribuidor.


Alrededor del distribuidor se ubican todas las estancias de la planta baja. En la planta baja se ubicaba la cocina, el comedor , un baño, la despensa y otras dependencias.


La primera habitación a la izquierda alberga el antiguo comedor donde destaca la chimenea.


La segunda habitación a la izquierda se utiliza como sala de exposiciones. Destacan los grandes ventanales.


La primera sala a la derecha se utiliza como biblioteca y sala de conferencias.


La biblioteca tiene una segunda planta.


La segunda habitación a la derecha es utilizada como sala de juntas.


Desde el distribuidor, una imponente escalera adosada a la medianera, conduce a la planta superior y buhardilla.


Esta escalera de madera recibe luz de un patio interior lateral. ,


La escalera de madera muestra un juego de relaciones y transparencias reforzado por los reflejos de color que surgen de los altas cristaleras y en el recorrido el visitante puede apreciar diferentes formas y esgrafiados sobre las paredes y sobre los elementos de madera. También adornos de hierro forjado tanto en las barandillas como en las rejas.


En la segunda planta nos encontramos los dormitorios y otras salas.


Y en la tercera planta estaba la buhardilla, una parte de la cual según los planos, estaba destinada a gimnasio y la otra para almacenamiento y dormitorios del personal.


La buhardilla es una de las joyas de Casa Golferichs. Nos recuerda el interior de una iglesia, es diáfana y con una inclinada cubierta a dos aguas soportada por cerchas de madera. La luz del día entra a través de las numerosas aberturas de diferentes formas y tamaños que perforan sus muros.


En todos los volúmenes el arquitecto utilizó materiales de mamposterías, ladrillos vistos, maderas o cerámicas de sabor gótico, al igual que las principales aberturas, combinándolos con elementos medievales como los tejados con grandes voladizos o la tribuna esquinera sobre Gran Vía.


Fijaros en la decoración de los voladizos.


Y en las chimenéas modernistas.


El conjunto del Centro cívico también incluye un edificio anexo.


Es en este edificio donde se encuentran la mayoría de las aulas donde se realizan los diferentes cursos.