domingo, 19 de abril de 2015

Agramunt, un pueblo de dulces tradiciones

Hay una serie de comarcas por las que normalmente tengo que pasar cuando voy de Barcelona a Zaragoza y viceversa. Son comarcas de paso en las que normalmente no solemos parar. Sobretodo las comarcas leridanas parece que no son a priori muy atractivas para hacer un alto. Muy lejos de la realidad, son zonas con una historia increíble y un patrimonio fruto de esos siglos de historia. mi propósito es aprovechar esos viajes para ir conociendo poco a poco los secretos de estas comarcas. Empiezo por la comarca del Urgell.
Mi primera etapa es Agramunt, un municipio de unos 5.600 habitantes, situado al norte de la comarca.
A 122 kilómetros de Barcelona, en 1 hora 23 minutos llegamos a través de la autovía A-2 hasta Tárrega, donde tomamos la C-14 que nos llevará directamente a Agramunt.

La villa de Agramunt se encuentra a 337 m de altitud, en medio de la Ribera del Sió, rodeada de tierras planas drenadas por el Sió y por el Reguer Salat. Las casas se extienden en las laderas de unas elevaciones de la derecha del Sió, y modernamente la urbanización ha ocupado las planas del valle, y nuevos barrios han surgido en la otra orilla del río.

El primer monumento que nos encontramos es el Pont románico o Pont Vell que fue construido en la segunda mitad del siglo XIII, en una de las épocas más dinámicas del Agramunt medieval, consecuencia de la concesión el año 1163 de la Carta de Poblamiento por parte del Conde de Urgell, Ermengol VII.
Antiguamente, hasta la Rovinada de Santa Tecla (1874), se alzaba junto al puente una cruz de término que llevaba la fecha de 1268, periodo en el que finaliza la construcción de Santa María, que junto con el Pont románico son los únicos vestigios que quedan de la época del Condado de Urgell.

Situado estratégicamente en el punto en el que convergían los caminos procedentes de las tierras del pla o llano, de la Segarra y del mar, y que se dirigían hacia el Pirineo, este puente medieval ha soportado inamovible todos los embates de las crecidas del río Sió. Junto al puente, una placa señala hasta donde llegó la riada el 23 de septiembre de 1874.


Es una construcción de piedra picada con dos amplios arcos apuntados. Con la canalización del río, a mitad del siglo XX, se cegó uno de los dos ojos del puente. El ojo actualmente visible tiene una luz de 10 metros, y una alzada sobre el actual cauce del río de 3,8 metros. En la cara inferior del arco, con una anchura de 5,8 metros, todavía hoy son bien visibles los 14 agujeros cuadrados que fueron utilizados para colocar los andamios durante la construcción del puente. Los pilares o columnas centrales están construidos en forma de vierteaguas.

El puente ha sido modificado por su parte superior con una barandilla de piedra añadida tiempo después de su construcción. Cuando fue construido, estaba situado en las afueras de la muralla, en el camino que llevaba a Tàrrega. Actualmente se encuentra integrado dentro del entramado urbano y enlaza la Plaça del Pou y la Avinguda de Catalunya.


Junto al puente medieval, y siguiendo el curso del Sió tenemos el conocido como Passeig del Sió, una de las principales zonas verdes de la villa. El Passeig Josep Brufau conforma una larga y extensa zona verde paralela al río Sió.


La parte más antigua de este paseo se alarga desde el Puente Románico hasta la zona deportiva de las piscinas, donde se enlaza con el Parc de Riella. La donación de unos terrenos por parte del hacendado agramuntino Josep Brufau, que en su momento también colaboró ​​en la construcción de las Escuelas, posibilitó la ampliación de este Paseo en lo que actualmente se denomina Passeig Nou.


Muy cerca del puente románico nos encontraremos la Capella del Sió, dedicada a la Mare de Deo del Socors, que da nombre al Carrer de la Capella. Esta calle corresponde al primer tramo del antiguo camino de Tarrega que comenzaba a la salida del Pont Romanic. Antiguamente la Capella del Sio era llamada Capella del Prat.
El edificio original procede del 1678, once años mas tarde de la construcción de a Capilla del Socors en la Iglesia Parroquial. Durante siglos va a ser punto de peregrinaje de las procesiones que se hacía desde la Iglesia de Santa María pidiendo lluvia en años de gran sequía. También era punto de concentración festiva de los habitantes de Agramunt.


En 1978 se inauguraron las obras de reconstrucción después de décadas de abandono, Las obras suprimieron el atrio original para mantener la alineación con los edificios que se habían comenzado a construir junto al camino.
Cuenta la leyenda que unos niños que eran pastores van a encontrar la imagen este lugar y fueron hacia el pueblo gritando socorro, de ahñi el nombre Socors. Se intentó trasladar la imagen a la Iglesia de Santa María en varias ocasiones pero siempre volvía la imagen a este punto.


Os recomendamos seguir la orilla del Sió hasta el parc de riella. Este espacio, situado en el extremo del Paseo Josep Brufau hasta la Carretera de Cervera, acoge un recorrido a través de obras de gran formato del artista y poeta agramuntino Guillem Viladot. Se trata de una gran zona lúdica y paisajística y es considerado el primer parque de poesía visual al aire libre. Las piezas instaladas han sido construidas por la empresa agramuntina Jové-Balasch a partir del diseño del espacio de la empresa Tnumarga. El Parque lleva el nombre de Riella porque es así como Guillem Viladot llamaba a la villa de Agramunt en sus artículos y libros. Nosotros no llegamos a visitarlo pero lo tendremos en cuenta en una próxima visita a Agramunt.
Volvemos por el parque de nuevo hasta el pont romanic.


Situada justo al lado del Puente Románico y del Paseo Josep Brufau, la Plaza del Torronaire acoge el Monumento al Torronaire en homenaje a este oficio tan arraigado en la villa de Agramunt. En 1985 se inauguró en su ubicación inicial, la Plaza 11 de septiembre, pero posteriormente fue trasladado a la actual Plaza del Torronaire.
Cada año, en el marco de la inauguración de la Feria del Turrón y el Chocolate a la Piedra, que se celebra el segundo fin de semana de octubre, los menestrales turroneros celebran una ofrenda floral en el Monumento en honor a los turroneros de la villa.


Vamos a la Plaça del Pou que es uno de los puntos más céntricos de la villa y donde confluyen los viales más importantes. Llamada plaza del Pozo porque hasta hace pocos años aquí se encontraba la boca del pozo público. La gente iba a buscar agua y también era punto de encuentro de muchos agramuntinos. Aunque lo podemos ver la boca esta cerrada por lo que ya no se utiliza.
Actualmente es alrededor de esta plaza donde se desarrolla la mayor parte de la actividad comercial y de servicios de la villa. Durante muchos años la báscula municipal se encontraba en esta plaza, el edificio de la báscula ha sido acondicionado como Oficina de Turismo.


Cruzamos la Avinguda de María Jolonch para entrar el carrer de Sió. La segunda parte de esta calle junto con el carrer de Vilavella eran antiguamente caminos que confluian en la plaza de Santa María.


Alejado el peligro islámico con la conquista de Lleida (1149) y consolidada la prosperidad aldeana por la carta de población (1.163), se planeó un ensanche por levante que incluía dentro del recinto amurallado dicho cruce de caminos. Estás calles forman parte de un pintoresco conjunto de calles porticadas.


Llegamos a la travessia de l´Aspi donde comienza el carrer sabateria del baix. Esta calle ya se encuentra mencionada en documentos de principios del siglo XIV. Probablemente el nombre de la calle hace referencia a los obradores de zapatería establecidos en este lugar en tiempos antiguos.


Los porches o 'cubiertos' más antiguos de la villa se encuentran en esta calle, concretamente en Cal vidrio, una casa construida a finales del siglo XVII. Son los porches más antiguos y representativos de la villa, que tuvieron la suerte de resistir los bombardeos de la Guerra Civil.


Nos acercamos hasta la plaça de Santa María, también porticada. Lo primero que nos llama la atención es la impresionante portalada de Santa María.


En la cara sur de la plaza de la Iglesia se levanta el edificio del Ayuntamiento, construido en la segunda mitad del siglo XVIII, se trata de un excelente ejemplo de la arquitectura civil. En el dintel de la puerta de acceso está grabada la fecha de 1761 Es un inmueble hecho de piedra, sobrio, de estilo barroco, que encaja muy bien en el conjunto del entorno, sobre todo por los porches de la entrada . En la parte central destaca una larga balconada desde donde las autoridades de los dos últimos siglos han podido contemplar los actos festivos y de revuelta que ha vivido la villa. Encima de la puerta del balcón central aparece en relieve un escudo de Agramunt conservado por dos ángeles que lleva la fecha de 1703 A ambos lados se encuentran los restos de pintura de dos escudos reales, uno de los cuales fue dedicado a la reina Isabel II. La parte superior está rematada con ocho ventanillas acabadas con un arco de medio punto, igual los porches de la plaza. En 1984 se arregló el edificio por dentro y se amplió por la parte posterior, ya que no podía acoger todos los servicios que necesita un ayuntamiento moderno. En 2001 se restauró la fachada y el lado de poniente, porque la piedra, sobre todo en la parte baja, se había desgastado considerablemente. Por sus características, el ayuntamiento de Agramunt se relaciona con los de Cervera y Manresa.


Pero sin duda la estrella arquitectónica de esta plaza es la Iglesia arciprestal de Santa María. Comenzaron a construirla en la segunda mitad del siglo XII a la vez que Ermengol VII otorgaba la carta de población a Agramunt en el año 1163. Las obras de iniciaron por los ábsides, que sirvieron durante varios siglos como muralla de la villa por el lado de levante.
Aunque la iglesia de Agramunt ha sufrido a lo largo de la historia modificaciones y añadidos, se trata de un edificio básicamente románico de la llamada Escuela de Lleida. El año 1931 fue declarado monumento histórico-artístico.


Esta iglesia tiene 2 portadas, la del norte que luego visitaremos, que procede de los primeros tiempos, y la principal que se terminó al cabo de un siglo.
Construída a mediados del siglo XIII, está formada por ocho arquivoltas, que descansan sobre dieciséis columnas a cada lado, y que constituyen un cuerpo que sobresale de la fachada. Cada una de las arquivoltas está decorada con motivos diferentes, de tipo geométrico, con arquerías entrelazadas, o con figuras humanas. Los capiteles destacan por su ornamentación vegetal.

Las siete arquivoltas:

- La primera arquivolta interior lleva esculpidas dieciocho figuras femeninas coronadas, seguramente vírgenes.
- La segunda, arcos de medio punto entrelazados y vaciados.
- La tercera, puntas de diamante y dos hileras paralelas de dientes de sierra.
- La cuarta está formada por dos molduras cilíndricas.
- La quinta lleva dos molduras cilíndricas y dos hileras de puntas de diamante.
- La sexta es una gran moldura cilíndrica con anillas discoidales.
- En la séptima hay treinta personajes que representan profetas, santos y jerarquías celestiales; cierra el conjunto la figura de Cristo entronizado.

En el lateral derecho de la portada, y formando un friso, encontramos en la parte interior un elefante que lleva en el lomo un castillo con tres torres.
El lateral izquierdo comienza con una sirena-pájaro, en la parte interior, mientras en el friso exterior dos quimeras están siendo atacadas por dos felinos.

Son notables los ocho capiteles de este lateral:

1. Un leviatán que con sus tallos rodea animales y personas.
2. Un árbol que ocupa todo el capitel.
3. Tallos en forma de círculo enmarcan animales monstruosos.
4. Quimeras que llevan al lomo animales que les atacan.
5. Seis animales fantásticas que se muerden entre ellos.
6. Dos figuras monstruosas, entrelazadas por tallos.
7. Un árbol en el que sus ramas anidan las palomas.
8. Cisnes que beben de una fuente.

Uno de los elementos más significativos es el grupo esculpido en alto relieve, situado en las dovelas centrales de la puerta, y que representan a la Virgen con el Niño, acompañada de la Anunciación y de la Adoración. Una inscripción recuerda que fueron los tejedores de la villa los que sufragaron la colocación de este grupo, en el año 1283. Es una obra de transición, de concepción aún románica, pero con algunos apuntes de un mayor realismo. Para protegerla de los excrementos de las palomas han colocado una red metálica que desmerece bastante el conjunto.


En el lado izquierdo de la fachada de levanta el campanario, que empieza a tener aires góticos de la mitad para arriba, es la última parte que se construyó hacia el siglo XIV. Es una torre prismática de planta cuadrada, abierta por estrechas aspilleras hasta el último piso, donde hay dos ventanas en cada fachada, rectangulares pero incorporadas al muro moldurado, con tracerías de factura gótica. Tiene un cuerpo bajo que llega hasta el alero de la iglesia. Por encima hay un pequeño cuerpo, sin aberturas con las fachadas en voladizo en relación con las del cuerpo de abajo. Un tercer cuerpo y último, soportado por una moldura, es el que contiene las ventanas. Sus fachadas, muy restauradas, decoradas de tracería, que forma la base de la alta cubierta que corona el campanario.


Vamos a dar la vuelta a la iglesia por la calle de nuestra derecha. Llegamos a la cabecera que fue el primer elemento en levantarse y cuyos ábsides sirvieron hasta el siglo XVIII de muralla por el lado de levante de la villa.

Seguimos hasta encontrar la otra portada, la norte; también con arquivoltas soportadas por columnas y capiteles decorados. 


Desde allí tenemos una fantástica vista del campanario.


Junto a la portada hay un pequeño memorial de los bombardeos de la guerra civil y sus victimas.


En el interior se puede admirar el retablo barroco de la capilla del Rosario y el retablo hecho en 1719 que actualmente alberga la imagen de la Virgen del Socorro, patrona de la villa, de madera policromada, de estilo gótico, restaurada después de la guerra de 1936-39.

Bajo la iglesia hay un refugio antiaéreo de la Guerra Civil Española que fue recuperado durante las obras de restauración en el año 2005. El refugio sigue la nave central y el crucero del templo y consta de dos galerías, una de 34 metros y otra transversal de 28, 4m; las anchuras van desde 1 a 1,4 y 2 metros, mientras que la altura media es de 2 metros. En este refugio se encuentra una muestra sobre la vida de la población antes de la guerra y de los bombardeos que sufrió esta población entre abril de 1938 y enero de 1939.

Este refugio antiaéreo es un equipamiento singular en toda Cataluña, que ha sido recuperado como símbolo de los bombardeos que sufrió la población durante la Guerra Civil de 1936-1939. Forma parte de los Espacios de la Memoria recuperados por el Memorial Democrático.

Las peculiaridades de un refugio antiaéreo, como la oscuridad, la falta de espacio, la falta de contacto visual con el exterior, etc. hacen que la recuperación y musealización de este espacio sea un acercamiento sensitivo al sufrir de la población de la época y de las situaciones que se viven en tiempos de guerra.

El refugio antiaéreo de la iglesia de Santa Maria de Agramunt es un buen ejemplo de refugio recuperado visitable. En su visita se pueden contemplar más de sesenta metros de galerías, una exposición que trata la cotidianidad de antes de la guerra, los bombardeos sobre Agramunt (esta población fue una de las ciudades catalanas más duramente bombardeada), las consecuencias materiales y personales de estos ataques, la construcción de los refugios, la peculiaridad del refugio de la iglesia de Santa María, la reconstrucción de Agramunt y la reciente recuperación del mismo refugio.
Horario: sábados, de 11 a 13h. Domingos, de 12.45 a 14h.

Nos dirigimos hasta la plaza del Mercadal, detrás de la Iglesia de Santa María. A finales del año 1700, los agramuntinos se dieron cuenta de que ya no se podía edificar murallas adentro. El recinto que rodeaba la villa siguiendo las murallas que lo rodeaban, en todos aquellos trozos sobre los que no pesaba la servidumbre de luz, aireación o acceso de un colindante, había sido ya ocupado por nuevas edificaciones. Era necesario, pues, pensar en espacios murallas afuera si quería ensancharse la población. Así surgió la idea del Mercadal. Para que la cosa quedara más redondeada, hicieron un proyecto urbanístico moderno y vistoso, el cual fue aprobado por la autoridad competente. El origen de su nombre viene de que este lugar era donde desde hacía muchos años se celebraba el mercado de cereales y legumbres.

El plano del Mercadal, con fecha de 1804, se puede contemplar colgado de una dependencia de Ca la Vila. Se trata de una plaza cuadrada, simétrica y porticada; cada una de las caras tiene ocho arcadas de los cubiertos debajo las casas. La plaza Mercadal fue una de las primeras plazas catalanas edificada de acuerdo con un proyecto previo.


Recorremos las calles que rodean la Iglesia de Santa María. El carrer de Sant Joan es otra de las calles más típicas de la localidad.


Desde el carrer Sant Joan llegamos a la Plaça del Mercat.
Este espacio situado en el centro de la villa se llama Plaza del Mercado porque es donde está el edificio del antiguo mercado municipal, construido por el arquitecto Domingo y Torres. Es una de las obras más importantes construidas por el organismo estatal Regiones Devastadas tras la Guerra Civil. El mercado municipal nunca tuvo el éxito esperado y el año 1994 se rehabilitó para acoger el actual Espacio Guinovart.

El Espacio Guinovart es un centro de arte contemporáneo que da a conocer la obra de Josep Guinovart, especialmente aquella en la que el artista nos remite a Agramunt, a su entorno y a su memòria.Al largo del año ofrece una programación continuada de exposiciones temporales, conciertos, jornadas de debate, recitales, etc.
Los horarios son los siguientes:
Verano: (del 21 de junio al 11 de septiembre). De martes a viernes, de 10 a 13 hy de 17 a 19 h. Sábados, de 11 a 14 hy de 17 a 19 h; domingos y festivos, de 11 a 14 h, los lunes no festivos, cerrado.
Invierno: (del 12 de septiembre al 20 de junio). De martes a viernes, de 10 a 13 hy de 16 a 19 h. Sábados, de 11 a 14 hy de 17 a 19 h; domingos y festivos, de 11 a 14 h, los lunes no festivos, cerrado.
Permanece cerrado: días 1 y 6 de enero, 1 de mayo, 24 de junio y 25 y 26 de diciembre.

Situado en los bajos del Mercado Municipal, el Museo Etnológico cuenta con una numerosa colección de herramientas agrícolas y de antiguos oficios artesanales, objetos caseros, material arquitectónico y fotografías antiguas de la villa cedidas por agramuntinos.


Esta plaza cada miércoles, se llena de paradas para acoger buena parte del mercado semanal. Es curioso el monumento que preside la plaza: una balanza con el típico turrón y el chocolate a la piedra de Agramunt.


Muy cerca se encuentra la plaça del Onze de Setembre donde se conserva un monumento a Rafael de Casanova.


Continuamos nuestro recorrido por la Plaça de l´Amball, aunque más bien parece una calle. Allí encontramos Ca Amball, un antiguo casal con dos plantas con porches.


En la plaza del “Pare Gras” encontramos la Casa de la Poesía Visual “Lo Pardal”. La fundación privada Guillem Viladot “Lo Pardal” fue pionera en este género y fue creada para mantener y preservar las obras del ya desaparecido Guillem Viladot, quien, a partir de la literatura narrativa y poética, desarrolló una búsqueda creativa que lo llevó a la poesía visual, disciplina que sobrepasa la normativa del lenguaje escrito para desencadenar en imágenes de valor poético. Así pues, encontramos esculturas y objetos modelados al gusto del autor con una gran presencia de herramientas campestres, piezas automovilísticas, instrumentos musicales y otros ingenios que transforma y relaciona para trasladarnos al mundo poético, más allá del propio lenguaje.


El recinto amurallado medieval de Agramunt tenía una extensión aproximada de unos 25.000 metros.
Agramunt estaba protegida por el Castillo y la muralla. La villa estaba dividida en cuatro sectores: Barrio del Castillo, Barrio de Sión, Barrio de la Plaza y de San Juan. En unos principios el castillo no era más que una torre de defensa que más tarde, los Condes de Urgell ampliaron hasta convertirla en castillo. Los condes no vivían todo el año en el castillo pero si largas temporadas.
Junto a este había una capilla, en el interior de la cual había una imagen de la Virgen María, la Virgen del Castillo que desapareció el año 1936 El castillo fue derruido en medio siglo XVII por los franceses, ya que en abril de 1645 el jefe del ejército francés, el Conde Xabot, dijo a los consejeros de Barcelona que atacaría Agramunt. El año anterior, 1644, el mariscal la Mothe atacó la villa cuatro veces, pero todas ellas sin éxito. Van ha destruir la Casa de la Villa, varias casas particulares y el castillo, no dejando en pie nada más que su nombre. El único lienzo de muralla que queda visible es el que se encuentra en la calle del mismo nombre y que con una urbanización del entorno se ha restaurado y dignificado.


El Parque del Convento, también llamado Zona de los Depósitos, se encuentra situado justo encima del Carrer Convent, en la parte más alta del casco urbano de la villa. Antiguamente se había construido el Convento de San Francisco, del que únicamente queda el Pozo de Hielo, actualmente visitable, y la Cisterna del antiguo claustro del convento. Ambos se encuentran enterrados, junto a los actuales depósitos del agua de Agramunt.
Desde el gran pinar del Parque del Convento se puede disfrutar de unas magníficas vistas del Bosque del Ciscar y de las Sierras de Montclar y del Montsec.


No podemos dejar Agramunt sin haber saboreado antes su magnífica gastronomía. La Fira del Torró y la Xocolata a la Pedra d’Agramunt, que tiene lugar desde 1989, se celebra siempre el fin de semana más cercano al 12 de octubre. Se trata de una ocasión única, porque las calles y plazas del centro urbano se llenan de puestos de artesanía y se pueden ver muestras de oficios antiguos y participar en talleres de elaboración de turrón. Los turrones tradicionales que se elaboran en Agramunt se mencionan ya en documentos del año 1741.
Son muy conocidos su turrones duros, de forma redonda, fabricados con miel, avellana y clara de huevo. Su tradicional presentación es en medio de 2 hojas de oblea.
El chocolate también tiene una tradición de fabricación de más de 200 años, siendo su productor más antiguo Jolonch. La especialidad más antigua es el llamado chocolate a la pedra. Se le da este nombre porque el cacao tostado se molía debajo de una piedra.
Podéis comprar turrón o chocolate en alguna de las numerosas tiendas que encontraréis pero si os queda tiempo podéis acercaros al museo del Turrón y el Chocolate, situado al lado de la fábrica y la tienda Vicens, un viaje en el tiempo para conocer la historia del turrón y el chocolate de Agramunt, y de la empresa que los fabrica. No hay que perder la ocasión de probar su chocolate a la piedra, delicioso.


El municipio tiene agregados seis pueblos: Mafet, Les Puelles, Donzell d’Urgell, Almenara Alta, Montclar d’Urgell y el núcleo deshabitado de Rocabertí de Sant Salvador.
Podéis aprovechar el viaje a Agramunt para visitar alguno de estos pueblos. En otros post os enseñaremos nuestro viaje a estos pueblos.