sábado, 31 de mayo de 2014

El Parc de la Ciutadella de Barcelona

Ha llegado el buen tiempo y apetece visitar los parques de Barcelona. Aprovechamos un día soleado para acercarnos hasta el Parc de la Ciutadella. Es uno de los espacios de ocio y naturaleza más grandes de Barcelona. Tiene muchos rincones, estatuas, fuentes, lagos, cascadas, edificios importantes y servicios para los niños: biblioteca infantil, bicicletas, coches a pedales o barcas.

Fue construido en la segunda mitad del siglo XIX, este parque es uno de los principales referentes de los espacios verdes de Barcelona. Durante muchos años fue el único de la ciudad, y el primero de los actualmente existentes que se diseñó específicamente como parque público.

Los orígenes del parque se sitúan en el antiguo barrio de la Ribera. Parte de este barrio, unas mil casas, fueron derribadas para construir una ciudadela para el ejército de Felipe V que en aquellos momentos sometía a la ciudad tras la guerra de sucesión.

Tras una fuerte presión vecinal, en 1878 fue derribada esta ciudadela y Josep Fontsere diseño el parque para disfrute de la ciudad.

En 1888 fue sede de la Exposición Universal, por lo que se construyeron nuevos edificios como el invernadero, la cascada, el lago, el Museo Martorell (actual Museo de Geología) y el cafe restaurante (actual Museu de Zoologia)

Entramos al parque por el passeig de Pujades, enfrente del carrer Nàpols.


A la entrada encontramos un mapa cartel que nos informa de lo que veremos y nos recuerda las normas del parque.


En el parque de la Ciutadella hay espacios para todos los usos imaginables. Esto lo ha convertido en uno de los lugares con más actividades lúdicas y culturales de Barcelona. Nada más entrar encontramos una serie de mesas de ping pong donde la gente lo está pasando genial.


Hay amplias zonas de césped y grandes paseos, y por todas partes se encuentran bancos para sentarse plácidamente a descansar o leer un rato, y parterres de césped donde -tanto en invierno como en verano- jóvenes y familias se tumban a tomar el sol. También frecuentan este parque aquellos a quienes gusta pasear, ya sea a pie o en bicicleta.


Enfrente de las mesas de ping pong encontramos la primera de la muchas esculturas que veremos en el parque. Se trata de la Escultura Femenina de Vicenç Navarro.


Un poco más adelante, justo detrás de la cascada encontramos el pipicán. Una pequeña decepción ya que esperaba un espacio un poco más grande. Un parque de esta categoría no merece tener un pipicán que apenas es un triángulo. De todas maneras muchas familias están con sus perros en el césped. Siempre cuidando que no molesten a otros usuarios.


Tomamos el camino a nuestra derecha y llegamos a la cascada, uno de los espacios más significativos del parque.


La construcción de la cascada es obra de Josep Fontserè para la Exposición Universal de 1888 y fue restaurada en el 1992. Junto a él trabajó antes de 1878 el arquitecto modernista catalán Antoni Gaudí, por esa época estudiante de arquitectura y un total desconocido, al que se atribuyen las rocallas de la cascada, los mástiles de hierro y algunos otros motivos decorativos.


Destacan los cuatro dragones que tiran agua al estanque.


Fijaros también en los caballos alados.


La cascada nos abraza, abriéndose en forma de pinzas de cangrejo. Pinzas que actúan como escaleras, invitándonos a subir y a ver de cerca las esculturas que la culminan. 
Una vez allí arriba, en una terraza, se alza dominante el conjunto de la cuadriga de la Aurora, en hierro forjado. Es una obra de Rossend Nobas que pesa 35.000 kg y mide 6,5 metro.


Me llaman la atención los pelícanos que hay bajo la cuadriga.


Desde el templete tenemos una buena vista de la plaza situada enfrente de la cascada.


Bajamos por las escaleras del lado contrario al que subimos.
Más abajo, una Venus de piedra se sostiene sobre una concha por encima de las plácidas aguas de la fuente. Es obra de Venanci Vallmitjana.


La Cascada fue inaugurada el 12 de junio de 1881 sin esculturas (que fueron colocadas en años posteriores) y con varias criticas por parte de la prensa de la época.
Hay que destacar que durante algún tiempo existió un acuario en el interior de la cascada, por desgracia el abandono del parque llegó en ocasiones a ser tal que se cerró, al igual que se llegó a romper el Carro de la Aurora.
Hoy en día la vista de esta monumental cascada es grandiosa.


Frente a la cascada encontramos el kiosco de música.


A la derecha del kiosco vemos un busto dedicado a la pintora Pepita Teixidor (1875-1914), obra de Manuel Fuxá e inaugurado el 14 de octubre de 1917. Curiosamente es la única mujer en un parque lleno de monumentos masculinos.



En el Passeig del Álbers, encontraremos otro de los numerosos bustos que iremos descubriendo en nuestro paseo. Este busto está dedicado al actor y autor teatral Lleó Fontova (1838-1890) y fue realizado por el aragonés Pablo Gargallo (1915).


Muy cerca se encuentra una figura femenina, obre del escultor Josep Dunyach (1886-1957), discípulo de la escuela de la Llotja.



El parque de la Ciudadela tiene más de un centenar de especies, muchas de ellas plantadas en el siglo XIX, por lo que es uno de los parques más antiguos de la ciudad. Son abundantes el tilo, la magnolia, el álamo, el plátano, el almez, la paulownia, el árbol de los escudos, la acacia, la acacia de Constantinopla, el ciprés, el pino australiano, el naranjo de Luisiana, la bellasombra, el castaño de Indias, el ciprés calvo, la palmera de Canarias, la palmera datilera, la palmera azul, la yuca, el laurel, el taray, la adelfa, el azahar de la Chinao el huso japonés. Una de las actividades que podéis hacer con los nenes es localizar todos los arboles y fotografiarlos.
Nosotros encontramos algunas especies como el Naranjo de Luisiana.


O la Bursaria Spinosa.


Volvemos al kiosko de música y desde la plaza en que está situada la cascada, nos dirigimos hacia la izquierda bordeando el lago. Siguiendo el camino que nos aleja de la cascada, nos encontramos con un inmenso mamut. Una escultura de hormigón de unos 3,5 metros de altura y 5,5 metros de largo.

Al acabar la Exposición universal de 1888, el naturalista Norbert Font i Sagué (1874-1910) con la ayuda de la Junta de Ciencias Naturales propuso la colocación de una serie de grandes especies prehistóricas desaparecidas esculpiéndolas en piedra y a escala real. Desgraciadamente sólo se llegó a construir este mamut de hormigón según una maqueta del escultor Miquel Dalmau y que se instaló en el 1907. La muerte del promotor de la idea impidió que se continuara la serie con la colocación de un diplodocus.
Esta escultura fue restaurada durante el gobierno de Narcís Serra y la última rehabilitación se hizo a finales de los años noventa. Este animal es ya un símbolo del parque de la Ciutadella y junto a él encontramos una placa donde podemos leer la siguiente inscripción: "MAMUT (Mamenuthus primigenius), Reproducció a escala natural realitzada l'any 1907 a instància dels membres de la Junta de Ciències Naturals de Barcelona, Jaume Almera, Artur Bofill i Norbert Font i Sagué. Es tracta d'un mamífer proboscidi precursor dels elefants actuals. Visqué durant el Quaternari a diferents llocs d'Europa. Aquesta reproducció formava part d'una idea de principis de segle de reproduir alguns dels grans animals del passat al Parque de la Ciutadella. Maig de 1966".



A tan solo unos metros del Mamut, nos encontramos con el lago. Éste merece una mención especial por su situación, dominando la explanada del parque. Además visualmente es un rincón entrañable. En sus márgenes destaca una extensa y exótica vegetación.




Existe la posibilidad de navegar por él con unas pequeñas barcas de remos. Es un lugar ideal para los románticos y las parejas de enamorados. Los precios son para 30 minutos de paseo: 2 personas 6€, 3 personas 9€, 4-5 personas 10€.


Hay que destacar el árbol que crece en el lago especialmente por su atractiva forma, el Ciprés de los pantanos, nombre popular que se le da a este ejemplar de la especia Taxodium distichum que en los Estados Unidos llega a tener dimensiones gigantescas. Es una especie que crece únicamente dentro del agua.


Junto a las orillas del lago también podemos encontrar muchísimos patos que están acostumbrados a que la gente les de comida. Los peques lo pasan genial dándoles de comer y teniéndolos tan cerca.


Junto al lago encontramos el monumento realizado por el canadiense André Fauteux (1987). Se trata de un gran círculo abstracto. Es un monumento dedicado a los barceloneses y barcelonesas que murieron en los campos de exterminio nazis.



Vamos en dirección al Parlamento de Catalunya y encontramos una escultura de bronce sobre un pedestal de piedra de Josep Clarà, dedicada a la memoria del millar de voluntarios catalanes que se alistaron a la legión extrajera francesa durante la primera guerra mundial.


Otra pieza importante del parque es la plaza de Armes. Proyectada en el año 1916 por el ingeniero y paisajista francés J.C.N. Forestier, está situada ante el Parlamento. Se trata del trabajo paisajístico mejor conservado del parque. Es un espacio rectangular con un estanque elíptico en el centro, rodeado por liños de ciprés recortados en forma regular y parterres con arbustos, entre los que destacan los rosales. Hay pinos y naranjos y, definiendo los límites de la plaza, una doble hilera de plátanos de tronco bajo. Es un lugar ordenado y sereno donde sentarse un rato para contemplar su armonía, un notable ejemplo de urbanización vegetal.


En medio del estanque encontramos una de las más famosas esculturas modernistas catalanas, obra de Josep Llimona (1903). Esta escultura, de gran belleza, conocida como Desconsol fue premio de honor en la quinta Exposición Internacional de Arte, la copia de mármol es del 1917, pero el 7 de diciembre de 1984 esta escultura se guardo en el Parlamento de Catalunya a causa de la contaminación ambiental y se puso en su lugar otra copia de material más resistente.



Enfrente del patio de Armes se encuentra uno de los tres edificios supervivientes del antiguo complejo que formaba la ciudadela. Se trata del antiguo arsenal diseñado por el ingeniero Jorge Próspero de Verboom. A finales del siglo XIX se convirtió en residencia real tras las reformas de Pere Falqués. Finalmente en el año 1932 pasaría a ser sede del Parlamento de Catalunya, después de estar también habilitado como museo. Clausurado como Parlamento durante el periodo franquista, después del 1939 le fueron devueltas sus funciones parlamentarias, concretamente en 1980.



Frente al Parlamento de Catalunya, al otro lado del patio de armas, encontramos los otros 2 edificios que formaban parte de la antigua ciudadela y sobrevivieron a la piqueta.

El actual Instituto Verdaguer era el antiguo palacio del Gobernador de la Ciudadela, y es obra del ingeniero Prosper de Verboom (1727). Esta construcción ha conocido varias etapas: el 1932 fue reconvertido en el famoso Instituto-Escuela de la Generalitat Republicana, después de haber sido el cuartel de los bomberos.



En la fachada encontramos una placa donde podemos leer: "El dia 3 de febrer de 1932, essent President de la Generalitat de Catalunya Francesc Macià i Conseller de Cultura Ventura Gassol, s'inaugura aquest edifici l'Institut-Escola de la Generalitat. Fou el seu creador i director el doctor Josep Estadella i Graell. Barcelona, desembre de 1992".



Entre el Instituto Verdaguer y el lago encontramos el parque infantil y la biblioteca ludoteca donde nuestros pequeños pueden pasar un buen rato.
Al lado del Instituto Verdaguer se levanta la Capilla Castrense, tercero de los edificios que ha permanecido desde el siglo XVIII. Proyectada por el mismo arquitecto-ingeniero Prosper de Verboom (1728) y dirigida por el también ingeniero Alexandre de Rez. Esta construcción de armonía extraordinaria esta actualmente abierta al culto al servicio del Ejército.




Seguimos el paseo Militar y llegamos a uno de los extremos del passeig dels Til-lers donde se encuentra la entrada al Zoo.
Al lado del Parlamento de Catalunya encontramos la entrada principal del Zoo, cuyas instalaciones ocupan una tercera parte del Parque, unas 14 hectáreas.
El parque fue inaugurado el día de la Mercè, patrona de Barcelona, el 24 de septiembre de 1892 gracias a la colección privada que Lluís Martí Codolar tenia en su finca de Horta, llamada Granja Vella, y que ofreció al Ayuntamiento de Barcelona, el cual decidió su instalación en el recinto de propiedad pública que había quedado libre después de la Exposición Universal de 1888.
Su primer director fue el veterinario Francesc Darder y hasta 1936 el Zoo fue manteniendo un prestigio, pero la posguerra le trajo la decadencia superada más adelante con la entrada como director de Antoni Jonch y la siguiente ampliación de su extensión de 2,7 a 13 hectáreas.
El zoológico de Barcelona es un magnífico jardín de más de 100 años y en la actualidad está considerado como uno de los mejores del mundo, contiene una colección de animales formada por más de 400 especies diferentes de todo el mundo, con unos 7.500 ejemplares.


Nos encontramos en el Passeig dels Til.lers donde se levanta en una rotonda la estatua ecuestre del General Joan Prim, impulsor definitivo del derribo de la Ciudadela, a quien se debe la cesión a Barcelona de estos terrenos y el alma de la Revolución de septiembre de 1868 que derrocó Isabel II.
El origen de esta estatua ecuestre surgió en el ayuntamiento de Barcelona poco después del asesinato de Prim a Madrid el 1870. Se convocó un concursó donde ganó Lluís Puggener con un proyecto titulado "Al héroe".
La escultura original de bronce, construida con material sobrante del ministerio de guerra, se inauguró el 25 de mayo de 1887 y fue colocada justo donde había estado la antigua puerta de la Ciudadela Militar que él había mandado demoler. Durante los primeros meses de la Guerra Civil las Juventudes Libertarias de Gracia lo derribaron el 20 de diciembre de 1936 por haber bombardeado Gracia en el pasado. Su bronce fue aprovechado para realizar armamento militar. Al acabar la guerra Frederic Marès recreó una nueva estatua, por desgracia al no haber planos de la escultura original se intentó hacer lo mas parecida posible aunque la reproducción no es exacta.


Vamos a avanzar por el paseo dels Til·lers. Junto a la doble hilera de tilos, recorriendo todo el paseo desde la escultura ecuestre del general Prim hasta la puerta por la que se sale a la avenida que llega hasta el Arco de Triumfo, se encuentran amplios parterres con arbustos recortados donde sobresalen altísimas palmeras. Iremos por el lado izquierdo del paseo ya que allí están los pabellones que aún quedan de la época inicial del parque y de la Exposición Universal de 1888.


Avanzamos por la izquierda del paseo y encontramos un rincón creado en los inicios del parque: se conoce como el rincón científico porque en su tiempo hubo una columna meteorológica con higrómetro, termómetro, barómetro, un panel de previsiones del tiempo y un reloj de sol y hubo también, una tabla de distancias para saber las distancias entre las principales ciudades y Barcelona que todavía hoy se conserva aunque en muy mal estado. La columna es obra de Josep Ricart data de 1884 y mide 3,72 metros.



Delante del rincón científico se sitúa la font de la Guineu i la Cigonya (Fuente del zorro y la cigueña), obra del escultor Eduard B. Alentorn, también creada en los primeros años de apertura del parque.


Justo enfrente de esta fuente, a pocos metros podemos ver el Umbracle del parque, un espacio diseñado por Josep Fontserè en 1883 para la Exposición Universal de 1888, ideado como espacio cerrado que produjese las condiciones térmicas y de humedad adecuadas para las implantaciones de especies vegetales de origen tropical.



Es una construcción de ladrillo y madera. Sus naves, sostenidas por esbeltas columnas de hierro, están pobladas de vegetación, mayoritariamente de carácter tropical, que crece normalmente a la sombra de los grandes bosques. Si está cerrado os podéis asomar y ver el interior.



Seguidamente encontramos el Museo de Geología También llamado Museo Martorell de Geología, fue el primer museo que tuvo la ciudad, con la donación de Francesc Martorell Peña y también fue el primer proyecto municipal expresamente diseñado para albergar un museo. Antoni Rovira i Trias dirigió las obras de construcción entre los años 1879-1882, con una claro estilo neoclásico.



Delante del museo encontramos dos estatuas de los naturalistas Félix de Azara que data del 23 de junio de 1886 y Jaume Salvador que data del 15 diciembre de 1884. Ambas son obra de Eudard Alentorn. Jaume Salvador fue un miembro de una familia de botánicos y recogió un famoso herbolario en el siglo XVIII, también impulsó el primer jardín botánico, Mientras que Félix Azara fue un cartógrafo y naturalista aragonés de gran fama que recorrió parte de América. 



Otro día entraremos en el museo. Hoy nos conformamos con ver la exposición de rocas y minerales que hay en el frontal del edificio.



El siguiente edificio que encontramos en nuestro paseo es el Hivernacle, obra de Josep Amargós (1884), construido para la Exposición Universal. Su arquitectura es un ejemplo típico de la arquitectura de hierro y cristal de la época en que se construyó la torre Eiffel. En su centro encontramos una fuente diseñada por el escultor Xavier Corberó, en su base podemos leer un fragmento del poema La muntanya de Joan Maragall. Esta fuente fue bautizada como Fuente de Barcelona por la desaparecida Corporación Metropolitana de Barcelona. Su coste fue de medio millón de pesetas.



En 1985 fue rescatado de su abandono y deterioro y ahora es sede de exposiciones temporales y algunos conciertos. Así pues el Hivernacle ofrece una programación continua de jazz y música clásica que permite unir aspectos culturales tan diversos como música y gastronomía. Dispone de servicio de bar y restaurante.


Justo enfrente del hivernacle nos encontramos la fuente de Josep Reynós en forma de jarrón decorado con niños y flores, data también de los primeros tiempos del parque (1882), y está considerada como una de las mejores piezas escultóricas de éste escultor.



Y finalmente nos encontramos un gran edificio de ladrillo rojo. Tiene un cierto parecido a un castillo medieval y es producto de la primera hornada del modernismo barcelonés. Popularmente se le conoce como el "Castell dels Tres Dragons", título de una comedia de Serafí Pitarra.



Alzado entre 1887 y 1888, fue obra de Domènech i Montaner, es un prisma con cuatro torres en sus ángulos y dos plantas. Todo el edificio esta coronado de almenas y encontramos abajo, toda una serie de escudos de cerámica azul y blanca haciendo referencia a temas tan variados como animales, plantas y bebidas.


Es un edificio construido de ladrillo y hierro con elementos decorativos de cerámica, donde podemos encontrar referencias de la arquitectura gótica catalana y mudéjar, con algunos elementos decorativos de procedencia germánica.
Pese a la rapidez dada en su construcción, no desempeñó su misión planificada que era la de ser el Café-Restaurante de la Exposición Universal de 1888. Posteriormente, fue reutilizado como Museo Histórico, Escuela Municipal de Música (1896), Museo de Biología (1917) y finalmente desde el año 1934 está ocupado por el Museo de Zoología, que dispone de la segunda mejor muestra de fauna ibérica de España, una amplia muestra de animales disecados, una amplia fonoteca, biblioteca, librería y organiza actividades diversas como son exposiciones, conferencias, etc.


Enfrente de este edificio encontramos un estanque con unas lagartijas que seguro llamarán la atención de los más peques.


Desde el Passeig dels Til.lers nos dirigimos hacia el Passeig dels Àlbers. A pocos pasos podemos ver el monumento que el pintor Antonio Clavé dedicó a la Exposición Universal de 1888 en el año de su centenario (1988). Se trata de una estructura móvil, como evocación del trabajo propio de la maquinaria industrial, en medio de un pequeño estanque rectangular de agua y rodeado de césped. Es una obra que se compone de dos elementos: el clavé y el collage. Así pues, la gran pieza central sujeta en un bastidor de acero es el clavé, mientras que el collage consiste en 4 ruedas dentadas, dos de ellas de 4 metros de diámetro, que giran sobre si mismas a la vez que el gran panel con el clavé también da vueltas lateralmente sobre un gozne vertical.



Acabamos nuestra visita al parque y nos acercamos a una de las 10 puertas que tiene el parque, la que da al paseo que nos llevará al Arco de Triunfo. En sus laterales dos espectaculares estatuas salvaguardando la entrada al recinto. Estas dos esculturas representan la agricultura y la marina, obra de Venanci Vallmitjana.



Espero que os guste la visita al Parc de la Ciutadella. En este parque podréis encontrar muchos más rincones, esculturas, árboles, etc que nosotros no hemos visitado. Os animo a aprovechar estos días donde el sol y las buenas temperaturas hacen que tengamos muchas más ganas de descubrir los parques de nuestra ciudad.