jueves, 8 de mayo de 2014

XII Fira Modernista de Terrassa

Este fin de semana, los días 10 y 11 de mayo, podéis disfrutar de la XII Fira Modernista de Terrassa. Esta edición está dedicada al pintor Joaquim Vancells, considerada la principal figura del paisajismo de esta ciudad e introductor del lenguaje modernista en Terrassa.


191 actividades llenarán la ciudad de trajes de época. Los escaparates de la ciudad se decoran para la ocasión y hay actos donde se recuperan la gastronomía, las artes plásticas, el teatro, el circo, la danza y el mundo del trabajo en las fábricas textiles de finales del siglo XIX y principios del XX.

El año pasado casi 100.000 personas disfrutaron de este evento, de las que se calcula que casi el 14% llegaron desde Barcelona.

A lo largo de todo el fin de semana se celebra una muestra de puestos de artesanía y alimentación artesana que conforman el mercado modernista.
La artesanía se puede encontrar junto a la Masía Freixa y la alimentación en la Rambla d´Egara.

Otra posibilidad es visitar algunos de los museos que celebran puertas abiertas este fin de semana. Destacar el importante conjunto románico de la Seu d´Egara, el Castell Cartoixa de Vallparadis, el Museo Textil, la Casa Alegre de Sagrera o el Museo de la Ciencia i de la Tecnica de Catalunya.

También hay visitas a los principales edificios modernistas de la ciudad. Además hay muchos pasacalles y actos por las calles del centro de la ciudad.

Os dejo el programa. Si os animáis nos encontramos en Terrassa este fin de semana.

Programa Fira Modernista Terrassa 2014

miércoles, 23 de abril de 2014

De Ripoll a Sant Joan de les Abadesses por la Via verde de la Ruta del Ferro y el Carbón

Aprovechamos uno de los días que pasamos en Ripoll para hacer algo de deporte. Ripoll nos ofrece “la ruta del ferro i el carbó”, antigua vía de tren acondicionada para ciclistas y caminantes que llega hasta Sant Joan de les Abadesses.

La Ruta del Hierro y del Carbón, llamada así en alusión a la importante tradición de las forjas en el Baix Ripollès y a la extracción de carbón en las minas de Ogassa, sigue el antiguo trazado del ferrocarril. Los 12 kilómetros de vía se han convertido en la ruta ideal para disfrutar de un paseo a pie o en bicicleta y contactar con un pasado industrial del que somos herederos. El tramo ferroviario Sant Joan de les Abadesses-Toralles funcionó hasta el cierre de las minas, en 1967. El tramo Sant Joan de les Abadesses-Ripoll, por su parte, se mantuvo en activo hasta el año de su centenario, en 1980, cuando se cerro por falta de pasajeros.

Todo el trazado de la ruta, que une Ripoll, a 682 metros de altitud, con Sant Joan de les Abadesses, a 775 metros sobre el nivel del mar, está asfaltado y flanqueado de vegetación. El desnivel de 160 m se supera en una suave pendiente del 1%. Son 12 kilómetros de ida y otros tanto de vuelta.

Iniciamos el recorrido a las afueras de Ripoll, junto a la carretera C-151. Allí en el CAT alquilamos la bici.


El itinerario es bastante plano y muy agradable para pedalear en familia, además está bastante bian acondicionado y muy bien señalizado.

De esta manera, rodeados de altos picos, extensos prados, masias, bosques de pinos y robles, la vía completamente asfaltada sigue el curso del río Ter en un trazado casí sin nivel.

La gente de la zona aprovecha la ruta para todo, algunas personas mayores conversan en las bancas que se encuentran al pie del camino, otros pasean con sus perros y también hay quién enseña a montar en bicicleta a sus hijos, en la ruta del ferro hay lugar para todos.


El recorrido se realiza con la imponente presencia del Taga (2040 m) y de la Sierra Cavallera como decorado de fondo.


Pronto llegamos a la antigua estación de Sant Joan, en donde hay un monumento al antiguo ferrocarril además de una zona de esparcimiento, con un restaurante, un albergue, un centro de acogida de BTT, juegos infantiles y las antiguas instalaciones que nos explican como era la actividad industrial de la época del ferrocarril.


Podéis aprovechar para visitar Sant Joan de les Abadesses. Os contaré como fue nuestro recorrido en otro post.

El regreso es todo de bajada, la verdad es que casi no es necesario pedalear, así que disfrutad de una vuelta sin esfuerzo.





viernes, 11 de abril de 2014

Ripoll, la cuna de Cataluña

Aprovechamos tres días de fiesta para acercarnos hasta una comarca en la que aún no habíamos estado: Ripollés. Una comarca muy cercana a Barcelona por la C-17, a 106 kilómetros que se pueden hacer en poco más de 1 hora y cuarto por una autovía en bastante buen estado, en la que no encontramos mucho tráfico aunque si está limitada su velocidad a 100 km/h en la mayor parte de su trayecto.

Nuestra primera parada es Ripoll, capital de la comarca. También conocida como "el bressol de Catalunya", la cuna de Cataluña, ya que según parece aquí el conde Wifredo el Velloso fundó Cataluña. Lo que si es cierto es que Wifredo mandó construir el Monasterio de Santa María.

Es el principal monumento de la localidad. Construido en el año 888, es un notable exponente del románico que podemos encontrar en la zona. Se encuentra en la Plaça de l´Abat Oliba.


La oficina de turismo se encuentra allí mismo, a mano izquierda, donde conseguimos toda la información que necesitábamos.
La oficina está abierta todo el año, excepto en agosto. De lunes a sábado de 9.30h a 13.30h y de 16h a 19h. Domingos de 10h a 14h.
En agosto durante toda la semana es de 10h a 14h y de 16h a 20h.

Salimos de la oficina y junto al Monasterio encontramos una escultura del Abat Oliba. Este abad llevó al monasterio a su máximo esplendor después de renunciar a seguir siendo conde de Berga y Ripoll. Se le considera el padre espiritual de la Cataluña naciente.


A través de las cristaleras se puede disfrutar del elemento más importante del monasterio: la portada del siglo XII, también conocida como la Biblia en piedra. Ahora se está promoviendo su declaración como Patrimonio de la Humanidad.


Disfrutamos de la magnífica arquitectura del Monasterio de Santa María, aunque decidimos no entrar pues vamos con el perro. En su interior podéis ver la tumba del conde Wifredo el Velloso, la tumba de Ramon Berenguer III y pasear por el claustro, uno de los pocos claustros románicos con 2 pisos.

Si os animáis a entrar aquí tenéis información sobre horarios y precios.

Horarios:
Invierno (octubre a marzo) de 10h a 13h y de 15h a 18h
Verano (abril a septiembre) de 10h a 13h y de 15h a 19h

Precio de las entradas:
General: 3 €
Grupos (mas de 20 personas). Jubilados, carnet de estudiante, carnet Joven, menores de 18 años.
Família numerosa: 2 €
Escuelas: 1 €
Tiquet familiar. Padrres y niños menores de 14 años: 6 €


En la oficina de turismo nos han dado la información para realizar dos rutas por Ripoll. Hoy haremos la ruta arquitectónica, del románico al modernismo.

Junto al monasterio se encuentra la Iglesia de Sant Pere. Fue consagrada en el año 890 por el obispo Gotmar, fue restaurada a mitad del siglo XI.


Es un edificio de 3 naves, acabado en 3 ábsides dentro del más puro estilo románico.


Destaca, en la parte posterior, un fragmento de muralla del siglo XIV sobre el cual se levanta el campanario. En la fachada se ve un reloj de sol.


Al lado opuesto del monasterio se encuentra el ayuntamiento. Fue construido en el siglo XVII y formaba parte del conjunto monástico.


Delante del ayuntamiento hay un monumento de 1897 de Ildefons Bonells que rinde homenaje a los ciudadanos de Ripoll que, durante ocho días, defendieron heroicamente el pueblo del asedio de las tropas carlistas hasta finalmente caer derrotados el 27 de mayo de 1839.


En la fachada podemos ver la placa que recuerda que aquí se fundó la nación catalana.


Consecuentes con esta idea han sustituido la bandera española por la estelada.


Tomamos el carrer Bisbe Morgades, al final de la calle encontramos la Casa Muntades, un edificio de estilo neoclásico del año 1868 cuyo maestro de obras fue Eudald Sadurní. Destacan las pilastras, los capiteles corintios, la cornisa de grandes dimensiones y los elementos neogóticos.


Cruzamos el Pont d´Olot, ornamentado con bonitas flores y desde el que tenemos vistas pintorescas de las casas que hay junto al río Ter.


Se cruza el Passeig de Sant Joan y se llega al Scriptorium, que contiene una exposición permanente acerca de los copistas de Ripoll de la edad media y algunas pinturas sobre piel de reconocidos artistas catalanes. 


Para visitarlo consultar en la oficina de turismo pues se realiza mediante visitas concertadas.


Junto a él está el antiguo Hospital Municipal, actual sede del Archivo Histórico Comarcal de Ripoll. La actual edificación, de 1846, se yergue donde antes hubo sendos hospitales de los años 1573 y 1661.


Cruzamos el arco que hay junto al Scriptorium.


Seguimos el Raval del Hospital en dirección al Carrer Industria. Nos encontramos en una zona con un claro ambiente medieval.


Nuestro objetivo es la Capilla de Sant Miquel de la Roqueta.


Se trata de una capilla de estilo modernista del año 1912. Su arquitecto fue Joan Rubió i Bellvé, discípulo de Antoni Gaudí. Posiblemente se trate de unos de los elementos patrimoniales de Ripoll más singulares pero de los menos conocidos.


Joan Rubió se inspira en la arquitectura anónima de las contrucciones de pedra en sec.
Articula un sistema constructivo a base de piedra de río sin desbastar y una estructura de vueltas cónicas que forman el ábside en torno al cimborrio central.
María de Delas, barón de Vilagaià, decidió levantarla en sustitución de una antigua capilla dedicada a San Miguel. El barón murió 3 meses antes de su inauguración.


La capilla ha tenido diferentes usos a lo largo de sus cien años de existencia: acogió una guarnición militar, fue espacio de juego para los niños del barrio, vivienda para tres familias de inmigrantes o sede de uno de los pasos de Semana Santa.


Se sigue por el Carrer Indústria, se toma a la derecha la carretera de Olot y se gira de nuevo a mano derecha por el Carrer Progrés. En el número 15, se halla una de las construcciones modernistas más significativas de Joan Rubió, también de 1912: la casa Bonada. Destacan de ella las dos fachadas de piedra careada y los coronamientos puntiagudos e irregulares.


La glorieta y la torre situadas en el vértice articulan el giro de la estructura. Procedimiento constructivo a base de piedra sin desbastar, coronamientos puntiagudos e irregulares y una expresa falta de acabados.


En la esquina con el Passeig de Sant Joan está el edificio postmodernista de la Casa Siqués, de 1916, bautizado por la población local como la casa del Barco por el parecido de su fachada principal con una nave. También es una obra del arquitecto Joan Rubio i Bellvé. Originariamente la cubierta era de madera y de forma puntiaguda.


Casi enfrente encontramos un monumento a la sardana.


Seguimos por el carrer Escorxador hasta llegar al río Ter. Vamos a la izquierda siguiendo el Passeig Mestre Guich. Paramos enfrente de la Lira para ver la moderna pasarela peatonal y la actuación arquitectónica que se ha realizado en esta plaza.


Interesante la pasarela a dos niveles, el uso de barillas en el suelo del nivel inferior que permite sentir el paso del río mientras estás sentado en uno de los modernos bancos.


El cobertizo que genera una plaza cubierta cerca del río en mi opinión es muy radical en el uso de los materiales y comprendo la polémica que se generó en la ciudad con este proyecto aunque también es cierto que pienso que se ha generado un ambiente muy especial.


Cruzamos el puente peatonal de nuevo y seguimos la orilla del río Ter para volver a cruzarlo por el puente del Carrer Macià Bonaplata.


Se tienen buenas vistas de ambas orillas del río.


Se llega a la Plaça Gran, una de las más populares de Ripoll, que conserva una parte porticada y reúne algunos edificios de gran interés histórico y arquitectónico. Puede contemplarse la casa Alòs, también conocida como la casa Dou, obra de estilo modernista con elementos novecentistas proyectada en 1908 por el arquitecto Josep Maria Pericas. Destacan los esgrafiados de la torre.


Destacan, asimismo, la casa Vaquer, de la segunda mitad del siglo xix, y la casa Soldevila o Bussanya, de principios del xx, cuyos racimos de uva esculpidos en su parte superior delatan el oficio de comerciante de vino de su primer propietario.


Cruzamos el río Freser por el puente de L'Arquet.


Una vez cruzado el puente encontramos el mapa de la muralla, un dibujo que nos muestra como estaba amurallada la población en el s. XIV. Al otro lado del río se distingue un fragmento de la antigua muralla que, desde la época medieval hasta mediados del siglo XIX, rodeaba las dependencias del monasterio y el núcleo antiguo de Ripoll.


También podemos ver la presa y el canal de L'Arquet, obras hidráulicas de origen medieval que atestiguan el antiguo aprovechamiento fluvial de estas aguas.


Tomamos a la derecha el Raval de Barcelona. Se cruza de nuevo el Freser, esta vez por el puente del Raval, que, pese a ser originario de la edad media, mantiene el aspecto de la última reedificación del año 1892. Hoy en día conserva a ambos lados del río Frese, los arcos auxiliares y los extremos de la antigua contrucción. También puede verse un fragmento, bajo el puente, dentro del agua.


En la callejuela que va del puente del Raval hacia el centro, sobre una puerta tapiada, está representado un toro, emblema del linaje de los Taurinyà, propietarios de este casal.


Tras esa puerta algo cochambrosa, sin miedo, podéis entrar en el interior del porta, donde se ve un arco de medio punto rebajado y pilastras con figuras humanas esculpidas en alto relieve.


Tomamos a la derecha el Carrer Nou, llegamos de nuevo a la Plaça de Sant Eudald, seguimos el Carrer de San Pere hasta el final y tomamos a nuestra izquierda el Carrer Berenguer el Vell, donde merece la pena ver la casa Codina, edificio de 1918 de influencia modernista.


Se trata de un torre de simetría central acentuada por galerías salientes y el coronamiento del cuerpo principal. Destaca como solución alternativa al estilo constructor ripollés hasta ese momento y por la pulcra disposición volumétrica y estructural.



domingo, 9 de marzo de 2014

Festa dels Romeus. Reviviendo la época de la peste en Monistrol de Montserrat

Es sábado y aprovechamos el día para acercarnos hasta Monistrol de Montserrat, localidad situada al sur de la comarca del Bages.

A 15 km de la capital comarcal, Manresa, y a unos 45 km de Barcelona, en unos 35 minutos llegamos hasta Monistrol. Desde Barcelona cogemos la A-2 hasta Abrera y desde allí la C-55 nos lleva hasta este bonito pueblo.

Llegamos al pueblo y decido entrar hacia el casco histórico. Con mucha suerte encuentro sitio en una pequeña zona de aparcamiento que hay junto a la carretera. Mas tarde veo que lo mejor hubiera sido seguir un poco más adelanto ya que hay un par de parkings bastante grandes que estaban medio vacíos y donde se podía aparcar bastante bien.

Desde donde aparco tengo una buena perspectiva del pueblo donde destaca la torre de la Iglesia de Sant Pere.


El pueblo se encuentra debajo de la montaña de Montserrat, formando parte de la misma. Las vistas son impresionantes.


Romeus nació el año pasado como un proyecto de pueblo , encaminado a explicar y mostrar, de una forma viva, cuál era la realidad que rodeaba el Monistrol que adoptó San Sebastián como su patrón. La devoción popular al Santo que libró la villa de la peste ha desembocado en una fiesta de carácter religioso con un peso específico propio y consolidado desde hace décadas .
Una semana después de esta fiesta Monistrol se traslada durante dos días hasta el siglo XVI a través de varias representaciones teatrales de escenas históricas.

Por todo el pueblo se instalan pequeños mercados de puestos con productos artesanales. En la Plaça de la Font Gran encontramos el mercadillo con puestos de comida. Allí compramos una coca de queso de cabra. Está buenísima aunque como en todos los eventos de este tipo nos sale algo cara, media coca 7€.


También hay instalada una taberna. Los bancos están hechos con paja y tablones de madera.


Entramos al pueblo por el carrer Sant Pere. La ambientación está bastante bien. Han tapado todos los elementos modernos, como señales de tráfico o cajas metálicas con sacos de aspillera, con lo que quedan bastante bien camuflados. Además días antes se ha realizado un curso donde han aprendido los usos tradicionales de las hierbas y especias que se han recogido previamente en la montaña, y han elaborado pequeños ramos para engalanar las calles de Sant Pere, Manresa, Sant Joan Espilons y la plaça del Bo-Bo.
Estos ramos además de adornar aromatizan el espacio del núcleo antíguo.


 Vamos al carrer Sant Joan, paralela a Sant Pere, que sería el núcleo originario de Monistrol. Detrás de las casas se encontraría la antigua muralla que daba al torrente de la Canaleta. Es la zona que hemos visto donde hemos dejado el coche.
Se trata de una calle muy estrecha donde podemos ver bastantes casas con puertas y ventanas con dovela de piedra.


Destaca al principio de la calle una casona con mezcla de estilos: Cal Cavaller. Es el casal de los Riusec, familia agrícola y ganadera cuyos pastores dice la tradición, encontraron la imagen de la Virgen de Montserrat en la Santa Cova.


Destaca el arco que hay a mitad de la calle.


Al final del carrer Sant Joan encontramos otra de las casas más interesantes, Can Gibert.


Encontramos otro pequeño mercadillo en la plaça del Bo-Bo. Una plaza porticada, pequeña pero preciosa.


Continuamos nuestro paseo por el carrer dels Es Pilons. Nos encontramos otro arco, con un edificio con elementos góticos.


La leyenda dice que aquí está enterrada la mano de un gigante que espanta a los niños que pasan por aquí.


Nos acercamos hasta la Iglesia de Sant Pere, de estilo renacentista es contemporánea del Monasterio de Montserrat.


Allí vamos a ver la escenificación del Burg, donde se explica las obras de construcción de la iglesia.


Uno de los personajes principales es el Abat Oliva ya que fue quien ordeno la construcción del Monasterio de Montserrat, que tendría bastantes roces con Monistrol ya que se disputaban el uso de la mano de obra para sus respectivas construcciones.

En la misma plaza de Sant Pere se encuentra el mercado de los artesanos donde podemos ver los oficios que antiguamente eran más comunes.
Hay un puesto donde se elaboran vitrales.


Un copista realiza manuscritos.


Un herrero forja sus trabajos.


Un ebanista realiza sus trabajos en madera.


Es una delicia poder disfrutar del trabajo de estos artesanos, hablar con ellos y poder comprar sus trabajos.


Durante todo el día, Romeos , tullidos , soldados , aldeanos , adivinos , artesanos , consejeros y todo tipo de personajes de la época dieron vida a la recreación histórica.


La rueda del tiempo comenzaba a girar con la llegada de los peregrinos , sorprendidos por el brote de peste que teñía de enfermos y de miedo las calles de Monistrol .


Su paso por la villa se producía en medio de las advertencias de los médicos que , en las portadas de entrada a la villa , advertían a todos los visitantes foráneos del peligro existente y recomendaban cruzar las calles con la cara tapada .


Pero la determinación del peregrino es firme y nada ha conseguido hacerles abandonar el viaje : a pesar de los cuerpos sin vida que se apilaban en las calles , los Romeos han seguido su camino , al margen de las acusaciones de los aldeanos que los señalaban de ser los portadores de la peste .


Ver a los médicos de la peste, con sus características vestimentas, por las calles nos traslada a una época oscura que diezmó las ciudades de toda Europa.


No hay gente en exceso lo que nos permite poder ver los actos sin ningún problema y proporciona a las representaciones mayor realidad.


Junto a la Iglesia asistimos a la cantada monacal.


Aprovechamos para dar una vuelta por el pueblo. Las entradas a la zona central donde se desarrollan las representaciones han sido decoradas con arcos.


Encontramos viejos caserones con puertas para liliputienses, no mas de 1,40m.


En el carrer Manresa han colocado varios animales en la calle que llaman mucho la atención de todos los niños.


En la plaça del Bo-Bo se escenifica el Escarni Public, donde el protagonista principal es uno de los nuevos personajes de este Romeus: el alguacil Mustasaf, el temible funcionario encargado de supervisar el buen funcionamiento de los mercaderes y vendedores ambulantes.


La plaça del Bo-Bo toma su nombre del baile que tiene lugar cada 20 de enero en honor a San Sebastian. La plaza porticada tal y como la vemos se remonta al siglo XVII. Es en esta época cuando se convierte en la plaza mayor del pueblo y en sede del mercado semanal.


A última hora de la tarde el mercado está bastante animado


Otra escenificación que se incorpora a la fiesta son la escena del 'Lavadero', que aprovecha el buen estado de conservación de los antiguos lavaderos del municipio para llevar a cabo una representación histórica.
La escena de un grupo de mujeres lavando ropa en el lavadero ha sido otro de los puntos álgidos de los Romeus hasta el punto de que han tenido que hacer dos sesiones por la tarde para dar cabida a todo el público que quería ver las discusiones encarnizadas entre las lavadoras de ropa que, entre enjabonada y enjabonada, aireaban los trapos sucios de sus vecinos.


En el Passeig de la Canaleta, junto al antiguo acueducto, se celebran las danzas renacentistas.


Os invito a planificar una escapada a este bonito pueblo en el III Romeus y viajar al Monistrol del siglo XVI, en el que se contruía la iglesia de Sant Pere, en el que los oficios tenían un peso importante y los mercados centraban la vida cotidiana. Una oportunidad de vivir la reaparición de la temida peste y sus efectos; hechos que marcaron la historia de este pequeño pueblo. Además podréis disfrutar del magnífico entorno que nos ofrece Monistrol con sus calles y plazas donde parece que no ha pasado el tiempo desde la Edad Media.